Office 365 es la platafoma de servicios en nube que más ha crecido en los últimos años, donde ha tenido un crecimiento exponencial.

Muchas empresas con versiones antiguas de Office están aprovechando para actualizar si paquete ofimático pasando directamente a Office365.

Existen diferentes paquetes en función de los servicios que queremos incluir (por ejemplo, disponer también de las aplicaciones para trabajar en escritorio, o únicamente las aplicaciones en web).

De una forma u otra, hay servicios incluidos en ambas opciones, por ejemplo, que son comunes y que aportan un valor muy importante para la empresa, como el hecho de disponer de un Exchange Online y todas sus características (control de flujo de correo, 50GB por cada cuenta de correo, contactos compartidos, calendarios compartidos, excelente control de SPAM, reputación del servidor de correo para evitar que nos cataloguen a nosotros como SPAM, etc...), SharePoint que es una herramienta que se está convirtiendo en imprescindible en la gran mayoría de las empresas (1 TB de espacio para la empresa que aprovechan habitualmente en fases iniciales para sustituir su servidor de ficheros On Premise), OneDrive for Business para cada usuario con 1TB de almacenamiento en la nube por usuario, Forms, Teams para facilitar y fomentar el trabajo en equipo...

Y todo esto en un modelo de pago por uso que tan bien está encajando en los departamentos financieros de las empresas.